El destino de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, sigue siendo incierto, luego de que el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, sugiriera que está evaluando con el gobierno británico una salida negociada para el activista informático, quien desde hace 6 años está refugiado en la embajada del país sudamericano en Londres.
Según Moreno, esta situación dependerá de que se garantice la vida de Assange. El mandatario asegura que la situación viola los derechos humanos de Assange, sin embargo, lo que realmente parece estar en juego es que se garantice el debido proceso legal al director de WikiLeaks.
En caso de que Assange caiga en manos de las autoridades británicas, podría terminar siendo enviado a EE.UU, donde existen leyes que incluyen la pena de muerte e interminables acusaciones en su contra por parte de los organismos de inteligencia, a los cuales Assange puso en evidencia con sus filtraciones sobre espio naje.
Un informe de The Times of London afirma que el tiempo de Assange en la embajada de Ecuador en Londres terminaría en horas, días o semanas, luego de que Moreno sostuviera conversaciones con altos funcionarios de inteligencia británicos sobre su captura.
Es evidente que se trata de un hecho meramente político, teniendo en cuenta que la postura de Moreno ha sido contundentemente opuesta a la del anterior presidente a cargo, Rafael Correa, quien fue el responsable de otorgar el asilo político a Assange en 2012, luego de que los fiscales suecos quisieran interrogarlo como parte de una investigación por violación.
Posteriormente, se supo que Assange ya no estaba solicitado en Suecia, pero las autoridades del Reino Unido aún lo demandan por incumplir su acuerdo de fianza antes de buscar asilo político. De momento, mientras el propietario de WikiLeaks permanezca en la embajada de Ecuador, no podrá ser extraditado ni arrestado, pero luego de las palabras de Moreno, su situación seguramente empeorará, como ya ha empeorado su salud y sus comunicaciones, desde que se suspendió su acceso a Internet en la embajada.