Estamos en pleno verano, por lo que, tomando en cuenta que cada vez más aumenta nuestra exposición a los peligrosos rayos ultravioleta provenientes del sol, muchas personas se están aplicando protector solar antes de salir de sus casas.
Esta es una de las principales recomendaciones, ya sea por salud o por estética, sin embargo, de acuerdo a una investigación reciente, el protector solar pudiese no estar protegiéndonos tanto como se promete.
No obstante, esta falla no se debe a algún desperfecto del producto, sino a la forma en la que se aplica el protector, puesto que las personas suelen usar cantidades inferiores a las recomendadas si se quieren obtener los beneficios completos.
La investigación estuvo a cargo de Antony Young, un profesor del Instituto St. John´s de Dermatología, del King´s College London, en el Reino Unido, quien encontró que cuando se aplica protector solar con un factor de protección de 50 de la forma tradicional, es decir, empleando solo una capa delgada, se aprovecha apenas un 40% de la protección esperada.
Sobre esto, el autor manifiesta:
“No hay dudas de que el protector solar brinda una protección importante contra el impacto cancerígeno de los rayos ultravioleta del sol, no obstante, los resultados muestran que la forma en la que se aplica el protector juega un rol importante a la hora de determinar su efectividad”.
En este sentido, Young y su equipo de investigadores se propusieron evaluar los daños resultantes en el ADN cuando las personas aplican el protector solar de la forma tradicional, es decir, usando cantidades inferiores a las recomendadas por los expertos: 2 miligramos por centímetro cuadrado.
Para esto, se contó con la participación de 16 personas de tez clara que fueron expuestas a rayos ultravioleta que simulaban la luz solar; de esta manera, se les aplicó protector solar en varios grosores, que iban desde 0,75 miligramos por centímetro cuadrado, cantidad que se usa típicamente, hasta la dosis sugerida, 2 miligramos por centímetro cuadrado.
Adicionalmente, se evaluó el efecto de variaciones en la exposición a los rayos ultravioleta, desde baja a alta intensidad, y algunos de los voluntarios fueron expuestos a estos durante cinco días consecutivos para imitar las condiciones típicas de las vacaciones.
Para evaluar lo sucedido, al finalizar el estudio, los investigadores tomaron biopsias de la piel que estuvo expuesta a los rayos, a partir de lo que se encontró que luego de la exposición repetida a los rayos ultravioleta, el ADN de la piel resultó considerablemente dañado cuando no se aplicó adecuadamente el protector solar.
Esto fue así para todas las intensidades de rayos ultravioleta; de hecho, las dosis de radiación empleadas en la piel no protegida fue tan mínima que ni siquiera induciría quemaduras solares.
De hecho, se observó que solo un día de exposición a bajas intensidades de rayos ultravioletas a aéreas de piel sin protección solar resultó en más daños al ADN que exposiciones más intensas y prolongadas usando el protector de forma adecuada.
En síntesis, se observaron menos daños en el ADN de la piel expuesta cuando se empleó una capa de protector solar de 2 miligramos por centímetro cuadrado que cuando se usaron capas de un espesor inferior.
Por tanto, los investigadores recomiendan hacer más énfasis en la aplicación adecuada del protector solar; esto implica usar más o menos 35 mililitros del producto distribuidos de la siguiente forma: 3 mililitros en la cara y el cuello, un poco más de media cucharadita en cada brazo, 6 mililitros en cada pierna y un poco más de una cucharadita en el pecho y la espalda.
Finalmente, los expertos sugieren usar un protector solar con un factor de protección de entre 15 y 30, o más, además de usar ropas que cubran el cuerpo para evitar exponer la piel a la luz solar y mantenerse resguardados de los peligrosos rayos ultravioleta.
Referencia: Sub-optimal Application of a High SPF Sunscreen Prevents Epidermal DNA Damage in Vivo. https://doi.org/10.2340/00015555-2992