Mateusz Trokielewicz, investigador de la Universidad Tecnológica de Varsovia en Polonia y un par de colegas, crearon un sistema de aprendizaje profundo que podrá detectar el iris de personas vivas y muertas, para combatir los ataques informáticos por detección de iris (PAD), que consiste en violentar la seguridad incluso usando el iris de un cadáver.

Los investigadores crearon una base de datos de escáneres de iris de personas vivas y muertas, y luego entrenaron una red neuronal de aprendizaje profundo, para detectar la diferencia. Dicen que su algoritmo puede distinguir un iris vivo de uno muerto con un 99 por ciento de precisión.

La investigación es posible gracias a una base de datos inusual: el conjunto de datos Warsaw-BioBase-PostMortem-Iris-v1, que incluye 574 imágenes cercanas del iris infrarrojo, tomados de 17 personas, en distintos momentos después de su muerte. Las imágenes datan de cinco horas a 34 días después de la muerte.

Los datos se complementan con 256 imágenes de iris vivos, captadas con el mismo sensor usado para detectar el iris en los cadáveres, para que el algoritmo de aprendizaje automático no se engañe al reconocer imágenes basadas en características de cámaras diferentes.

Asimismo, verificaron el conjunto de datos en busca de un sesgo obvio en las imágenes, como las diferencias en la forma en que los diferentes operadores pueden tomar fotografías y la forma en que esto influye en la intensidad de la imagen. Descubrieron que había muy poco para distinguir las imágenes a este respecto.

Los científicos complicaron el algoritmo de visión artificial, para que este leyera solo el iris, por eso recortaron las imágenes de muestra.

Finalmente, entrenaron el sistema de aprendizaje profundo, basado en el conjunto de datos. Usaron el resto del conjunto de datos para probar el algoritmo.

Los resultados sugieren que el algoritmo detecta con precisión todos los iris muertos y rara vez clasifica erróneamente los vivos. «Ninguna muestra post-mortem se clasifica erróneamente como viva, con una probabilidad de clasificar erróneamente una muestra viva como una muerta que está alrededor del 1 por ciento«, dice el equipo.

Cabe destacar que el algoritmo de precisión puede detectar el iris de personas con mas de 16 horas fallecidas. Lo que da una pequeña ventaja a los hackers de hacerse con los ojos de una persona recién fallecida.

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