Luego de estar bajo protección diplomática en Ecuador durante casi seis años, Julian Assange, fundador de WikiLeaks, perderá el asilo político y será expulsado hacia los previos de las autoridades británicas, según fuentes vinculadas al gobierno ecuatoriano.
El presidente de Ecuador, Lenin Moreno, visitó Londres el pasado viernes con la intención de hablar en la Cumbre Global de Discapacidad de 2018, ya que el mandatario usa silla de ruedas desde el año 1998. Sin embargo, un informe de The Intercept, asegura que el propósito oculto tras esta visita era reunirse con funcionarios británicos para cerrar un acuerdo por el cual el país sudamericano retiraría su protección de asilo a Assange, vigente desde 2012.
De hecho, se habla de que varias fuentes cercanas al Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador y a la oficina del presidente, confirmaron que el fundador de WikiLeaks será entregado a Gran Bretaña en los próximos días.
Assange está en Ecuador desde que el gobierno de este país, presidido en ese entonces por Rafael Correa, le concedió asilo, ya que un tribunal británico había ordenado su extradición a Suecia para ser interrogado por agresión sexual y violación. Posteriormente, Suecia abandonó la investigación, pero Assange no salió de Ecuador por temor a ser extraditado finalmente a EE.UU, donde la CIA seguramente tendrá que hacerle muchas preguntas luego de que WikiLeaks dejara al descubierto sus más oscuras tácticas de espionaje.
Por su parte, el medio RT citó a fuentes cercanas a Assange que aparentemente dijeron que él mismo no estaba al tanto de estas conversaciones entre Ecuador y Londres, pero que estaba seguro que EE.UU estaba haciendo la presión suficiente sobre el país sudamericano, amenazando con un bloqueo del préstamo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo al país de Moreno.
De momento, no se sabe cuál será el futuro de Assange, quien en caso de terminar bajo órdenes del gobierno británico, enfrentaría una pena menor de tres meses en prisión y una multa, aunque todos dudan que este sea el verdadero castigo para un personaje que ha dejado en evidencia a varias naciones de Occidente por sus prácticas ilícitas de espionaje tecnológico y civil.