Si hay algo en el mundo con el que casi todas las personas asocian la suciedad, es con los baños públicos; solo imaginemos la siguiente situación: estando en la calle, sentimos unas apremiantes ganas de orinar, solo para encontrar un baño en el que el inodoro está lleno de gotas del usuario anterior; toda una pesadilla.
En este caso, ¿Qué deberíamos hacer? ¿Hacerle caso a la naturaleza o buscar un lugar más limpio? Veamos qué dicen las investigaciones respecto a esto. Lo primero que debemos saber es que, en principio, todos los baños son insalubres, ya sea que veamos o no los restos de suciedad.
En general, el mundo está lleno de microbios y bacterias; en especial, el cuerpo humano es un hábitat de diversos tipos de bacterias, tenemos millones de estos microorganismos en nuestra piel, nuestras manos, entre otros.
De hecho, la mayoría de las personas llevan consigo hasta un kilogramo de microorganismos, ya sean bacterias, hongos, virus, y hasta parásitos. Específicamente, uno de los órganos más contaminados son nuestros intestinos y órganos urinarios.
Al respecto, las investigaciones han demostrado que los microbios a nivel intestinal representan aproximadamente el 25% de la materia fecal, constituyéndose por patógenos trasmisibles tales como Campylobacter, Enterococcus, Escherichia coli, Salmonella, Shigella, Staphylococcus, Streptococcus, Hepatitis A y E, entre otros.
Teniendo esto en cuenta, es posible que pensemos que siempre que haya materia fecal involucrada, es más probable que aumenten los riesgos de sufrir alguna enfermedad infecciosa. No obstante, de acuerdo a los expertos, estas probabilidades son escasas.
Sobre esto, William Dampier, Profesor Asistente de Microbiología e Inmunología de la Universidad Drexel, plantea que cuando las personas son sanas, las probabilidades de contraer alguna enfermedad en el asiento de un baño son poco significativas, pues nuestra piel tiene barreras protectoras que funcionan para evitar que esto ocurra.
Esto no implica que, para Dampier, esto sea imposible, sino que para que se produzca alguna infección, es necesario que haya alguna ruptura en la piel, ocasionando, como situación más común, algún tipo de dermatitis de contacto, similar a una reacción alérgica, lo que no produce ningún daño a gran escala.
Sobre esto, se muestra de acuerdo Laura Kasman, Profesora Asociada de Microbiología e Inmunología de la Universidad Médica de Carolina del Sur, quien plantea que esto es teóricamente posible pero muy poco probable, y propone una solución que puede parecer algo extraña: sentarse con las manos entre nuestra parte inferior y el asiento, para protegerse; luego de esto, obviamente, es necesario lavar muy bien las manos con jabón antes de salir del baño.
En realidad, de acuerdo a los expertos, la mayoría de las enfermedades intestinales se producen por la transferencia de bacterias de la mano a la boca, luego de que estas se han contaminado con materia fecal, ya sea por contacto con alguna superficie o por algún alimento.
Enfermar por esto es poco probable pues la piel está cubierta por organismos protectores de gran efectividad; además, se cuenta con un sistema inmune que es ferozmente eficiente a la hora de proteger el organismo contra los patógenos, por lo que no se hace necesario agacharse sobre el inodoro.
Mas bien, agacharse sobre el inodoro puede causar lesiones o aumentar el riesgo de infecciones, puesto que, siguiendo a Brianne Grogan, una terapeuta física especialista en la salud femenina, esto causa daños en los músculos del piso pélvico y en la cintura, lo que dificulta que la orina fluya con facilidad.
Más bien, en palabras de Grogan, esto puede conducir a que la vejiga no vacíe por completo, aumentando la frecuencia y la urgencia de las ganas de orinar, contribuyendo a una mayor probabilidad de infecciones en la vejiga.
En síntesis, es importante tener en cuenta que los inodoros sucios no deben ser el mayor motivo de preocupación, puesto que la mayor fuente de infecciones tienen que ver con el contacto entre las manos, contaminadas tras tocar alguna superficie llena de microbios, y alguna mucosa, como los ojos y la boca.
Además, se ha demostrado que no todas las personas se lavan las manos luego de ir al baño, por lo que la manija de la puerta de salida puede estar altamente contaminada, así que se recomienda usar el codo o algún pañuelo para abrir la puerta luego de lavarse las manos.
Otro elemento importante es el teléfono celular, mas aun luego de que las investigaciones demostrasen que hasta el 75% de las personas lo usan mientras están en el baño, lo que implica que estos equipos suelen estar hasta 10 veces más sucios que los mismos asientos del inodoro.
De esta manera, la recomendación es lavarse las manos para eliminar la suciedad y cualquier microorganismo que pudiese afectarnos; lo ideal es frotar el agua con jabón sobre las manos y los dedos por 20 o 30 segundos, incluyendo el espacio debajo de las uñas.
Referencia: The Characterization of Feces and Urine: A Review of the Literature to Inform Advanced Treatment Technology. https://doi.org/10.1080/10643389.2014.1000761