Durante muchos años, los dinosaurios han sido representados como animales monstruosos, que atemorizaban a sus presas sacando la lengua de entre sus fauces. Sin embargo, de acuerdo a una investigación realizada por científicos de la Universidad de Texas en Austin y la Academia de Ciencias de China, esa imagen es probablemente incorrecta.
En el reciente estudio los investigadores encontraron que los dinosaurios, incluyendo el icónico Tiranosaurio rex, probablemente no habrían podido sacar la lengua.
Para llegar a esa conclusión, el equipo de especialistas comparó el hueso hioides de los dinosaurios con sus parientes más cercanos, y descubrió que la anatomía de su boca habría sido más similar a la de un cocodrilo que a la de un ave.
La investigadora Julia Clarke, profesora en la Escuela de Geociencias de la Universidad de Texas, explicó:
“Los dinosaurios han sido representados de manera equivocada durante mucho tiempo. En la mayoría de ellos, sus huesos de la lengua son muy cortos; similares a los que tienen los cocodrilos, animales que tienen la lengua totalmente fija en el piso de la boca.”
Si bien obviamente es imposible diseccionar un dinosaurio real, es posible inferir cómo se verían sus tejidos blandos comparando los huesos subyacentes de la lengua con los de sus contrapartes vivas.
En la mayoría de los animales el hueso hioides actúa como un ancla para la lengua, sólo unido a otros huesos por músculos y ligamentos. Pero en las aves y algunos reptiles, el hueso hioides es ligeramente diferente y se extiende hacia adelante, formando un soporte óseo sólido.
Debido a que los dinosaurios se enmarcan en un grupo que incluye no sólo a cocodrilos y caimanes, sino también aves, el equipo de investigadores analizó los huesos hioides de dinosaurios extintos y luego los comparó con los huesos hioides encontrados en pájaros modernos y lagartos. Luego evaluaron cómo se relacionaban con los tejidos blandos y los músculos que los cubren.
Al tomar imágenes de alta resolución del hueso hioides y los músculos de tres diferentes caimanes y 13 diferentes especies de aves, los investigadores estuvieron en capacidad construir una imagen detallada de cómo todas las estructuras se relacionan entre sí.
Posteriormente, estas imágenes fueron utilizadas como una referencia para compararlos con los fósiles dinosaurios, incluyendo tanto especies pequeñas parecidas a las aves, así como el enorme terópodo Tiranosaurio rex.
Los investigadores encontraron que la estructura del hueso hioides en los dinosaurios era la más parecida a la de los caimanes, lo que implicaba que sus lenguas se habrían adherido firmemente al piso de la boca. Curiosamente, la morfología del hioides de los pterosaurios (reptiles voladores), mostró lo contrario y era aparentemente tan diversa como la de las aves.
Los autores del estudio sugieren que tal vez al tomar los cielos, los animales pierden la capacidad de manipular alimentos con sus manos, y esto condujo a una mayor diversidad en las técnicas de alimentación, lo que aumentó la movilidad de la lengua.
Referencia: Convergent evolution of a mobile bony tongue in flighted dinosaurs and pterosaurs. Plos One, 2018. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0198078