Son miles de millones los hogares que albergan al menos una mascota y en muchos casos estos animales son tratados como un miembro más de la familia, permitiéndole una cantidad de privilegios, como montarse en sofás y camas, o aproximarse cuando la familia está comiendo. Esta interacción tan cercana plantea algunas interrogantes sobre el riesgo de enfermedades que estas mascotas pudieran transmitir a los humanos.
La respuesta a esta interrogante es: sí. Hay una serie de enfermedades que pueden ser contraídas de las mascotas, y se conocen ampliamente como enfermedades zoonóticas, un término se utiliza para designar cualquier enfermedad que se transmita de animales a humanos. El ejemplo más conocido y temido de enfermedad zoonótica es la rabia, pero hay otras, incluyendo:
- Tiña.
- Salmonelosis.
- Leptospirosis.
- Infección por Campylobacter.
- Giardia.
- Infección por Cryptosporidium.
- Gusanos redondos.
- Anquilostomas.
- Sarna.
- Cosechar ácaros.
Ahora, si bien es posible contraer una enfermedad zoonótica, es poco probable que suceda. Hay estudios que han demostrado los beneficios de tener una mascota, especialmente si se padece una enfermedad crónica. De hecho, a veces los médicos recomiendan mascotas para sus pacientes enfermos.
Sin embargo, la probabilidad de contraer una enfermedad zoonótica aumenta en personas que tienen un sistema inmune comprometido debido a una enfermedad o condición médica preexistente, por ejemplo:
- Personas infectadas con VIH o que sufren de SIDA.
- Pacientes tratados con quimioterapia o radioterapia.
- Personas con enfermedades crónicas o deficiencia congénita del sistema inmune.
- Personas que han recibido trasplantes de órganos o médula ósea.
- Mujeres embarazadas.
- Personas de edad avanzada.
Se pueden tomar varias medidas para garantizar la seguridad en el hogar, como controlar regularmente a su mascota por signos de enfermedad, así como vacunarlas y desparasitarlas, controlar las pulgas y otros parásitos comunes como las garrapatas.
Del mismo modo y de manera sensata, se deben seguir las prácticas higiénicas más básicas, como lavarse las manos después de tocar a su mascota y, lo más importante, evitar el contacto directo con la orina o las heces de su mascota.
Si tienes alguna pregunta o inquietud, contacta al veterinario y plantea tus preocupaciones abiertamente. Es el mejor recurso para garantizar la salud y el bienestar tuyo, de tu familia y de tu apreciada mascota.
Referencia: Healthy Pets, Healthy People. Centers for Disease Control and Prevention. https://goo.gl/NJcMk5