Nuestro cuerpo siempre trata de mantenerse en una temperatura que ronda los 37° C. La hipotermia ocurre cuando la temperatura corporal interna se encuentra por debajo de los 35° C. Usualmente, la hipotermia acontece cuando la regulación de la temperatura del cuerpo es abrumada por un ambiente excesivamente frío.
Los signos y síntomas de la hipotermia varían según la gravedad. En general, existe una secuencia de síntomas que van de leve, moderada a grave.
Una de las primeras reacciones que la hipotermia produce es la contracción de los vasos capilares que se encuentran cerca de la superficie de la piel; esta es una medida que toma el cuerpo a fin de aumentar el flujo de sangre a los órganos vitales, con el desafortunado efecto que en las extremidades se acentúa aún más el frio.
De manera casi inmediata, se produce un incremento de la frecuencia respiratoria y cardiaca, y se eleva la presión arterial. Como una medida para generas calor adicional, los músculos se contraen músculos rápidamente, provocando los característicos temblores corporales.
De seguir descendiendo la temperatura, la piel probablemente se torne pálida, lo que marca el inicio de la etapa de congelación. Durante las primeras etapas de la hipotermia, la persona puede comenzar a sentir que tiene que orinar. En etapas avanzadas, es posible que pierda el control de la vejiga.
Cuando los músculos se enfrían, es mucho más difícil moverlos, lo que obliga a ejercer un esfuerzo extra para hacer incluso los movimientos más básicos. Eventualmente, el frío que no permitirá que la persona pueda moverse.
En este punto, la persona con hipotermia está al borde de sufrir hipotermia severa y sufrir serios problemas. El frío hará que incluso el cerebro se vea afectado; cuando eso sucede, deja de funcionar correctamente, lo que puede hacer que la persona sienta mareos, confusión y desorientación.
Cuando finalmente aparece la hipotermia severa, los dedos de manos y pies se vuelven azules o negros, y ya no será posible sentirlos. En esta etapa el ritmo cardíaco y frecuencia respiratoria disminuyen drásticamente.
Debido a que el corazón bombea menos sangre, el cerebro se ve privado de oxígeno, lo que provoca alucinaciones y amnesia. Si la persona es rescatada y sobrevive, probablemente no recordará gran parte del incidente.
La frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria son tan lentas que permanecer despierto es imposible, lo que conlleva a la pérdida de conciencia. A medida que su temperatura central no aumente, los órganos vitales comenzarán a fallar, provocando la muerte inminente después que estos sistemas se apaguen.