Según la teoría del Big Bang, una de las principales propuestas que intenta explicar cómo se originó el universo, toda la materia del cosmos, todo el espacio en sí, existía en una forma más pequeña que una partícula subatómica, una singularidad.
Al respecto, el profesor Stephen Hawking explicó: “En este momento, el Big Bang, toda la materia en el universo, habría estado encima de sí misma. La densidad habría sido infinita”.
Hay una serie de modelos que los físicos usan para describir la nada del espacio vacío. La relatividad general de Einstein es una; describe la gravedad en lo que se refiere a la geometría del tejido subyacente del Universo.
En términos cotidianos, a menudo se dice que la física se rompe en la singularidad, lo que lleva a una mezcla de especulaciones sobre lo poco que se puede sacar de la física.
Recientemente el profesor Hawking comparó las dimensiones espacio-temporales del Big Bang con el Polo Sur, señalando “No hay nada al sur del Polo Sur, por lo que no había nada antes del Big Bang”.
Pero otros físicos han argumentado que hay algo más allá del Big Bang. Algunos proponen que hay un universo espejo al otro lado de los agujeros negros, donde el tiempo se mueve hacia atrás. Otros argumentan a favor de un universo que rebota, otro universo o una versión diferente de la nuestro, quizás un mar de universos, cada uno con un conjunto diferente de leyes que dictan su realidad física.
Pero un reciente estudio toma un enfoque ligeramente diferente y presenta un nuevo modelo, en el que se propone que el colapso del Big Bang surge de una contradicción en las propiedades en un punto particular en el tiempo.
Apartándose del tema de la singularidad completa, los investigadores reinterpretaron el modelo existente de reducción del espacio al distinguir el mapa del espacio-tiempo mismo. A lo que básicamente se suma es a una descripción del Big Bang donde la física permanece intacta a medida que el escenario sobre el que actúa se reorienta.
En lugar de una singularidad, el equipo llama a esto un punto de Janus, el nombre del dios romano con dos caras, lo cual es consecuente con su enfoque en el que las posiciones y escalas relativas de las cosas que conforman el universo, efectivamente se aplanan en un bidimensionalmente a medida que se retrocede en el tiempo y que vuelve a ser tridimensional, sólo cuando se avanza en el tiempo.
El investigador David Sloan del Departamento de Física de la Universidad de Oxford y coautor del estudio, comenta: “No introducimos nuevos principios ni modificamos la teoría de la relatividad general de Einstein, solo la interpretación que se hace de los objetos.”
Lo que eso significa en términos físicos es difícil de definir, pero los autores del estudio creen que podría tener profundas implicaciones sobre la simetría en la física de partículas, tal vez incluso la producción de un universo basado principalmente en la antimateria.
Referencia: Through the big bang: Continuing Einstein’s equations beyond a cosmological singularity. Physical Letters B. https://doi.org/10.1016/j.physletb.2018.01.055