Es un tema conocido y ampliamente documentado que algunos virus pueden causar cáncer; esto lo logran básicamente mezclando su ADN con el de la célula huésped, alterando su normal funcionamiento y promoviendo la división celular descontrolada, lo que representa el sello distintivo del cáncer.
Pero de acuerdo a los resultados de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Colorado, los virus pueden optar por otro enfoque para asegurar su supervivencia, con el desafortunado efecto secundario de promover el cáncer; se trata de la manipulación del sistema inmune.
Al contar con la capacidad de alterar ADN humano, se podría pensar que la principal estrategia de los virus estaría orientada a “apagar” el sistema inmune editando genes. Sin embargo, ese no es caso; los virus silencian el sistema inmune mediante la regulación epigenética: en lugar de cambiar el código real de los genes, los virus cambian el grado de expresión de los genes.
Para lograrlo, los virus se aprovechan de un proceso llamado metilación del ADN, que, en términos simples, es una forma de “ensuciar” partes del genoma humano para evitar que sea leído.
En este caso, los virus causan la metilación de partes del genoma conocidas como regiones promotoras de ADN, las cuales funcionan como los interruptores de encendido y apagado para los genes más cercanos; esto implica que cuando una región promotora está metilada, el interruptor se apaga y el gen que controla no se lee ni se expresa.
Pero hay un trasfondo maquiavélico en el proceso; la metilación no la hace el virus en sí, en su lugar, recluta proteínas para metilar y así desactivar partes importantes del ADN.
En palabras de la Dra. Sharon Kuss-Duerkop, del Departamento de Inmunología y Microbiología de la Universidad de Colorado, “los virus codifican proteínas particulares que de algún modo pueden modular las metiltransferasas del ADN, lo que significa que los virus pueden causar que nuestras propias proteínas sobremetilaten nuestro ADN. El resultado es un sistema inmune menos capaz de combatir el virus.”
Es fácil deducir que un microambiente en el que el sistema inmunitario se silencia, crea un entorno favorable para la oncogénesis. Frente a este escenario se encuentran médicos e investigadores realizando grandes esfuerzos para usar el sistema inmune para atacar el cáncer, lo que se conoce como inmunoterapia.
Aunque en esta estrategia ha habido avances importantes, las terapias inmunológicas aún tienen desafíos por superar, pues hasta ahora han tenido resultados positivos sólo en algunos pacientes.
La comprensión de la forma en que los virus (y los propios cánceres) han evolucionado para evadir el sistema inmunitario, puede aportar la respuesta para aumentar la efectividad de las terapias inmunológicas, o al menos para identificar qué pacientes es más probable que se beneficien ellas.
Referencia: DNA Tumor Virus Regulation of Host DNA Methylation and Its Implications for Immune Evasion and Oncogenesis. Viruses, 2018. DOI:https://doi.org/10.3390/v10020082