Estadísticas muestran que el cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer que se presenta con más frecuencia en los hombres y el segundo más frecuente en las mujeres. Aproximadamente el 5% de los cánceres de colon son causados por un síndrome hereditario llamado poliposis adenomatosa familiar (PAF), en el que una mutación hereditaria presenta una serie de cambios genéticos que se desarrollan con el tiempo y finalmente provocan que las células epiteliales se vuelvan malignas.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad Johns Hopkins, encontró que los pacientes con PAF albergan dos especies bacterianas que contribuyen entre sí para fomentar el desarrollo de la enfermedad, y encontraron las mismas especies en personas con una forma esporádica de cáncer de colon, lo que sugiere una estrecha relación entre estas bacterias y la enfermedad.
El síndrome PAF provoca pólipos benignos a lo largo del colon, que de no ser tratados, generan una alta incidencia de cáncer de colon. Para comprender cómo los pólipos influyen en la formación de tumores, los investigadores examinaron la mucosa colónica de 6 pacientes con PAF, descubriendo que aproximadamente el 70 % de los pacientes presentaban biopelículas con versiones cancerígenas de las especies bacterianas Escherichia coli y Bacteroides fragilis.
Los investigadores también examinaron 25 muestras de tumores tomadas de personas con cáncer colorrectal esporádico y encontraron nuevamente las dos especies bacterianas.
Luego de realizar una serie de análisis, los investigadores encontraron que los dos tipos de bacterias pueden atravesar el escudo mucoso que recubre el colon y sirve como capa protectora; una vez allí, E. coli libera una toxina que daña el ADN de las células del colon, mientras que B. fragilis produce otro veneno que daña el ADN e inflama las células, lo que termina por favorecer el crecimiento tumoral.

A fin de corroborar sus hipótesis, los investigadores realizaron una serie de experimentos en ratones. Los animales fueron separados en cuatro grupos: el primer y segundo grupo fue inoculado con la cepa de E. coli y B. fragilis respectivamente; el tercer grupo fue colonizado con ambas bacterias y un cuarto grupo permaneció inalterado.
Pasadas 15 semanas los investigadores pudieron evidenciar que los animales con las bacterias por separado presentaron pocos o ningún tumor; sin embargo, el grupo de ratones en donde coexistieron ambas bacterias, se observó cómo desarrollaban tumores consistentemente.
En referencia los resultados de la investigación, el Dr. Drew M. Pardoll, profesor de oncología en la Universidad Johns Hopkins y coautor del estudio, expresó: “Las bacterias parecen ser capaces de inducir cáncer de colon o tomar células precancerosas y favorecer su transición hacia el cáncer.”
Los hallazgos sugieren la posibilidad de desarrollar nuevas estrategias que los investigadores podrían probar para prevenir o incluso combatir el cáncer de colon. Por ejemplo, es posible prevenir esta enfermedad evitando que el colon sea colonizado por estas dos bacterias, o concibiendo fármacos o vacunas que se dirijan a sus toxinas.