Investigadores de la Universidad de Exeter en Reino Unido, pueden haber descubierto la razón por la cual a las personas que son obesas les resulta más difícil perder peso. Deshacerse del exceso de grasa no siempre es fácil, pero de acuerdo a este estudio, podría haber una razón científica por la que se dificulta alcanzar ese objetivo.
Los científicos afirman que el problema radica en las células adiposas cicatrizadas e inflamadas. Luego de analizar las células de grasa en el cuerpo de los participantes, descubrieron que se encontraban privadas de oxígeno, lo que desencadena una inflamación en el tejido adiposo.
En el estudio realizado, los investigadores observaron que las células pueden expandirse a un tamaño que literalmente las sofoca, desencadenando inflamación y haciendo que los tejidos adiposos sean menos eficientes.
Como resultado, este tejido adiposo es menos capaz de absorber las calorías adicionales de los alimentos, permitiendo que se desvíe y se traslade alrededor de órganos vitales, como el hígado, el páncreas y el corazón, entre otros.
Esto puede provocar complicaciones de salud relacionadas con la obesidad, como la enfermedad del hígado graso y la enfermedad cardiovascular. La grasa también se puede almacenar alrededor y en las arterias, causando arteriosclerosis, una condición que predispone a las personas a sufrir presión arterial alta y aumenta el riesgo de derrames cerebrales.
Afortunadamente, el equipo cree que haber logrado un gran avance que podría detener el proceso y ayudar a las personas obesas en su intento de bajar peso. Los académicos reportan haber descubierto una molécula llamada Lysyl oxidase (LOX), que era más prevalente en personas que eran obesas con grasa cicatricial.
La Dra. Katarina Kos, de la Facultad de Medicina de Exeter y autora principal del estudio, comenta: “Sabemos que las personas obesas pueden sufrir cicatrices en el tejido adiposo lo que puede dificultar la pérdida de peso. Estas células de grasa son menos capaces de almacenar el exceso de calorías y, por lo tanto, pueden hacer que la grasa se mueva y cubra órganos como el hígado.”
La investigación estuvo centrada en determinar las razones que impulsan este proceso, y ahora proponen que sus hallazgos podrían ser el fundamento para formular un medicamento que prevenga el desarrollo de esta molécula.
Los autores del estudio manifiestan que la próxima etapa en la investigación está orientada a explorar si el tratamiento con medicamentos podría tener el impacto esperado. Sin embargo, hasta que se desarrolle dicho medicamento, insisten en que las personas con sobrepeso u obesas, deben continuar intentando controlar su ingesta de calorías excedentes y quemarlas ejercitándose, cuando sea posible.
Al respecto la Dra. Kos señala: “Algo tan simple como dar un paseo después de las comidas podría ayudar a quemar calorías sin sobrecargar el tejido adiposo y lo que puede evitar que se cicatrice.”