Los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Glasgow, Reino Unido, contrastan con la popular creencia que afirma que las mujeres en sus días fértiles prefieren hombres con caras más masculinas, y sostiene que las hormonas no influyen en las preferencias sexuales de las mujeres.
En la investigación participaron 584 mujeres caucásicas heterosexuales, con una edad promedio de 21.5 años, las cuales informaron si estaban, o no, usando algún tipo de anticonceptivo hormonal. Las participantes completaron hasta tres bloques de sesiones de prueba. Cada una de estas sesiones consistió en cinco pruebas semanales.
En cada sesión de prueba, las mujeres informaron si tenían pareja, así como el uso de anticonceptivos hormonales; además, proporcionaron una muestra de saliva, que los investigadores utilizaron para detectar hormonas sexuales como el estradiol y la testosterona, y completaron dos pruebas de preferencia facial; el primero para evaluar el atractivo de los hombres proyectando una relación a corto plazo, mientras que el segundo evaluó el atractivo de los hombres para una relación a largo plazo.
En las dos pruebas de preferencia facial, a las mujeres se les mostraron los 10 pares de caras de hombres; cada par consistió en una versión masculinizada y feminizada de un individuo. Las mujeres fueron instruidas para seleccionar la cara más atractiva en cada par y para indicar la fuerza de esa preferencia, eligiendo entre las opciones: poco atractivo; algo atractivo, atractivo y muy atractivo. Este procedimiento se ha utilizado para evaluar preferencias de masculinidad en estudios previos.
Los investigadores encontraron que los niveles hormonales no se relacionaron significativamente con la preferencia de las mujeres por las caras varoniles; además, no encontraron evidencia de que las mujeres que usan la píldora anticonceptiva prefieran rostros más femeninos, como ha sido sugerido.
Lo que si fue una tendencia sostenida, es que las mujeres prefieren las caras masculinas a las femeninas, especialmente para las relaciones a corto plazo.
Al respecto, El Dr. Benedict C. Jones, del Instituto de Neurociencia y Psicología de la Universidad de Glasgow y autor principal del estudio, señala: “Esto podría deberse a que los rasgos varoniles, como una gran mandíbula y pómulos salientes, indican buenas características hereditarias, así como un sistema inmune fuerte; pero estas características fisionómicas también han sido relacionadas con personas que están menos dispuestas a invertir tiempo en las relaciones personales.”
Los autores del estudio expresan que los resultados obtenidos en su investigación, no apoyan el hipotético vínculo entre las preferencias de las mujeres por las características faciales masculinas y su estado hormonal.