Un grupo de ingenieros de la Universidad de Cornell, en Nueva York, están trabajando con un tipo de camuflaje que puede emular los desplazamientos de un pulpo a través de un material de silicona en 3D, programable para robots, así como para ciertas aplicaciones militares.
La robótica, especialmente en el campo de la robótica blanda, podría verse ampliamente beneficiada por este tipo de camuflaje, según un reporte de la CBC. Además de las aplicaciones militares, los dispositivos inteligentes y los gadgets que pueden cambiar de textura a medida que son utilizados también podrían hacer uso de esta tecnología.
Los robots cada día son más inteligentes, y gracias al rápido avance de la Inteligencia Artificial (IA), se han convertido en máquinas tan poderosas que hemos podido observar cómo científicos, tecnólogos y personalidades relacionadas a este sector, han advertido incluso ante la Organización de las Naciones Unidas sobre el uso de esta tecnología en el desarrollo armamentístico de los países del mundo.
James Pikul, autor principal del artículo de investigación sobre este material de camuflaje, afirmó que un día veremos robots con piel suave, similar a la humana, además de capacidades que les permitan cambiar su forma. Asimismo, señaló que uno de los mayores retos que ha tenido su equipo de investigación es el control de los materiales blandos.
La robótica blanda es un campo que aún está en sus etapas iniciales. Tan solo hace un mes, fue publicado un informe sobre material inflable, en 3D, similar a un músculo impreso que podía programarse. Sin embargo, los científicos de Cornell han desarrollado un material distinto, a base de silicona con forma de globo y que se fusiona con tela no tejida.
Al ser aplicado sobre anillos de tela, los científicos lograron controlar el nivel de inflado de la piel. Posteriormente, un algoritmo se asegura de que se aplique el nivel correcto de presión de aire para crear varias texturas.
Pikul afirma que esta piel puede ser instalada sobre el tablero de un coche como si fuese cuero, pero una vez inflado, podría convertirse en un mapa en 3D que muestre información para que la gente sienta como si en realidad estuviesen conduciendo por calles rodeadas de edificios en lugar de una pantalla plana, como sucede en la actualidad. El informe señala que esta investigación fue respaldada por la oficina de Investigación del Ejército de los Estados Unidos, lo que denota sus posibles aplicaciones militares.
Los investigadores recurrieron a los pulpos, porque son criaturas expertas disfrazándose en su entorno. Su piel está hecha de pequeñas protuberancias llamadas papilas, que pueden expandirse o retraerse creando diferentes texturas que se ajustan a su entorno y se mezclan perfectamente en él.
Esto incluye no solo la transformación del color, sino también de la textura de la superficie de las rocas o plantas marinas sobre las que se posa el animal. La piel sintética desarrollada por los investigadores ha replicado la manera en que funcionan las papilas de estas criaturas marinas.