Durante mucho tiempo se supuso que la reacción ocurría sin motivo particular, que nuestra piel simplemente absorbía agua como una esponja en un patrón aleatorio. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado un propósito más profundo de las arrugas inducidas por el exceso de humedad.
Un grupo de científicos notó algunos hechos interesantes sobre este arrugamiento; el hecho que el agua sólo arrugue las puntas de nuestros dedos y no otra parte del cuerpo, sugiere que no puede ser un simple efecto secundario de la absorción de agua de la piel.
Además, observaciones han revelado que las limitaciones de sensibilidad que acompaña los dedos arrugados, sugieren que el sistema nervioso controla su formación, no el agua.
La explicación que justifica que sólo las yemas de los dedos se arruguen con el agua, sostiene que se debe a que la capa externa de la piel en las manos y los pies, es diferente a la piel del resto del cuerpo. Esta capa contiene más células muertas que otras partes. Estas células muertas absorben el agua como una esponja, mientras que la piel más delgada del resto del cuerpo se ve menos afectada.
Sin embargo, un estudio sugiere que el arrugamiento de los dedos tiene un componente evolutivo, llegando a la conclusión de que nuestros dedos se arrugan para poder agarrar objetos en condiciones húmedas.
Por naturaleza somos criaturas terrestres, por lo que estar mucho tiempo en el agua es inconscientemente interpretado como que estamos en apuros y que somos incapaces de salir del agua, lo cual supone un riesgo potencial a la supervivencia. En teoría, todo lo que se encuentre alrededor también estaría húmedo, y por lo tanto resbaladizo al tacto. Tener dedos lisos haría difícil agarrar esos posibles anclajes; así que las arrugas en los dedos son la respuesta instintiva a esta situación.
En un estudio, un equipo de investigadores descubrió que la habilidad de los humanos para agarrar objetos pesados, realmente mejora después de que nuestros dedos mojados han desarrollado las características arrugas provocadas por el exceso de humedad.