Cuando un paciente sufre de un accidente cerebrovascular o una lesión en la médula espinal, generalmente se evidencia una reducción en la fuerza muscular, propiamente por el daño al tejido nervioso. En este campo es donde ejerce la Medicina de Rehabilitación, donde se evalúa las dificultades individuales en cada pacientes y se aplican técnicas de fisioterapia para, por ejemplo, ayudarlo a recuperar la marcha, que resulta una de las funciones mayormente afectadas. Ahora, un grupo de científicos europeos ha desarrollado un robot que utiliza un algoritmo para ayudar asistir de manera más eficiente a estos pacientes.
En lugar de utilizar las típicas muletas para que el paciente haga los ejercicios, la nueva terapia utiliza un robot que se conecta al tronco del paciente mediante un arnés. El robot esta colocado en techo de una habitación especialmente acondicionada para el ejercicio. A este se le coloca el arnés que lleva sensores de presión que transmiten todos los datos hacia el robot y este incide directamente en la marcha del paciente que no necesita llevar muletas.
Según explican los científicos, el robot utiliza inteligencia artificial para calcular en tiempo real mediante un algoritmo, la relación entre la mecánica del cuerpo y las fuerzas gravitacionales, de modo que si el paciente se inclina hacia un lado, el robot aplicará más fuerza en lado contrario mediante el arnés. Con esto se logra estabilizar la marcha del paciente, hacerla lo más natural posible, e individualizar el tratamiento. Yo añadiría que también incide en el aspecto psicológico de los pacientes, pues al quitarles las muletas estos recuperan confianza y valor para caminar.
En los estudios que compararon la rehabilitación de pacientes con este arnés inteligente en comparación con las que utilizan el método tradicional de rehabilitación, los científicos observaron claras evidencias en favor del uso del arnés. Al comparar por ejemplo una hora de entrenamiento con el arnés inteligente, los científicos observaron mejoras significativas en la marcha del paciente al quitarles el arnés, en tanto que una hora de entrenamiento en el método tradicional no mejoró la marcha.