Cada vez se dan a conocer más relatos de sexismo y acoso en Silicon Valley, en la medida en que más mujeres se deciden a hacer públicos los testimonios de las experiencias que les ha tocado vivir. La más reciente tanda de denuncias ocurrió en una reunión de empleados de Tesla, que tuvo lugar en marzo en Fremont, California. Micrófono en mano, unas 20 empleadas de la automotriz denunciaron en público sus respectivas experiencias de acoso sexual, además de discriminación y comentarios inadecuados.
Una de las empleadas se refirió a la empresa como una “zona de depredadores”, refiriéndose de ese modo a los acosadores. Otra empleada manifestó “sentirse insegura” cerca de los gerentes varones, y enfrentando los comentarios y lenguaje sexista de otros empleados. Otra situación recurrente es el ser ignoradas en las reuniones, o interrumpidas mientras hablaban. Encuentran la situación insultante, con el agravante de que las respuestas que reciben si se quejan son “genéricas, y están plagadas de jerga corporativa”
El evento fue coordinado por el grupo de empleadas de la compañía, llamado Women in Tesla, y al mismo acudieron ejecutivos de la compañía, interesados en conocer de primera mano las experiencias de sus compañeras, además de colaborar en la mejora del ambiente de trabajo. El ejecutivo en jefe de la empresa, Elon Musk, no asistió al evento.
Voceros de Tesla manifestaron estar sorprendidos por las denuncias, reiterando que siguen una política de tolerancia cero frente a estas denuncias. Están dispuestos a efectuar los cambios que se requieran para corregir la situación.
Las denuncias por acoso y sesgo sexual se han multiplicado en Silicon Valley, involucrando a grandes inversores en contra de emprendedoras de tecnología, y la empresa Uber, donde recientemente se conoció un escándalo por la denuncia de la ingeniera Susan Fowler, que provocó una ola de indignación que culminó con la renuncia del CEO Travis Kalanick.