La privacidad de los datos es un tema que para muchos es crucial y motivo de polémica, pero el alcance del tema podría ampliarse hasta llegar a afectar la privacidad de los pensamientos. O al menos eso es lo que podrían sugerir los resultados de una investigación llevada a cabo por la Universidad Carnegie-Mellon.
La investigación logró descifrar pensamientos complejos que tenían lugar dentro del cerebro humano, sirviéndose de los datos extraídos de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), los cuales fueron analizados con algoritmos de inteligencia artificial e ingeniería inversa, para predecir qué pensamiento había generado el patrón de la imagen.
El sistema fue alimentado con los datos provenientes de las respuestas cerebrales de diversos individuos. Se efectuaron barridos cerebrales de las personas mientras respondían a diversos estímulos, como variadas interacciones de tipo social, además de otros disparadores emocionales.
Una vez entrenado el sistema, se sometió a prueba suministrando los estímulos a otras personas a las que también se les hacía un escaneo cerebral. Sometidos a los mismos estímulos, el sistema utilizó el escaneo cerebral para conjeturar qué respuesta iba a dar el sujeto, resultando en acierto en 239 de 240 casos. Incluso podía acertar en cuanto a la frase que enunciaba lo que la persona pensaba.
Con todo lo llamativo que puede ser este resultado, aún se halla lejos de ser capaz de predecir lo que una persona está pensando, o de que la ciencia sea capaz de descifrar cómo funciona el cerebro. Pero el avance es muy significativo, en el sentido de que una computadora sea capaz de predecir lo que una persona está pensando o cómo va a reaccionar ante una situación, anuncio o noticia.
Estos resultados posiblemente aviven el sensible tema de la privacidad, ya que las aplicaciones potenciales de esto son muy variadas.