La agencia encargada de regular las telecomunicaciones en Rusia ha dado un nuevo ultimátum a Telegram, acusándoles de no colaborar con la legislación antiterrorista. Roskomnadzor, la agencia de telecomunicaciones, ha dicho el pasado viernes que bloquearan el acceso a Telegram en Rusia si este no accede a facilitar información acerca las comunicaciones, algo que Telegram ha rehusado en numerosas ocasiones.
Este Lunes, el servicio federal de seguridad (FSB) en Rusia ha dicho que la aplicación de Telegram ha estado siendo utilizada por los terroristas para planear atrocidades en territorio ruso. La FSB, sucesora de la KGB, ha explicado que Telegram proporciona a los terroristas «la oportunidad de crear salas de chat secreto con un alto grado de encriptación«.
En su comunicado, la FSB cita el ejemplo de un atacante suicida que hizo explotar una bomba en San Petersburgo el pasado 3 de abril matando a 15 personas, y que al parecer habría utilizado la aplicación de Telegram para planear el ataque con sus cómplices. La FSB ha estimado que Telegram es la aplicación más utilizada por los terroristas en territorio ruso.
Pavel Durov, fundador de Telegram y quien por ahora vive en el exilio, ha dicho que Roskomnadzor también solicitó las claves de acceso maestras para desencriptar los mensajes que usuarios de Telegram envían, con el objeto de capturar a terroristas. Durov añade que esto violaría el derecho constitucional para mantener la correspondencia secreta y que además es técnicamente imposible.
«Si Rusia bloquea Telegram, los terroristas simplemente cambiarán a uno de los competidores de Telegram«, agrega Durov, quien también expresa que «si quieres combatir el terrorismo bloqueando cosas, tendrás que bloquear el Internet».
Pavel Durov fundó también Kontakte, principal red social en Rusia, de la que vendió la mayoría de las acciones a dos influyentes oligarcas, Ivan Tavrin (Director general de la operadora Megafon) y Alisher Usmanov (dueño del servicio de correo Mail.ru, y accionista de múltiples empresas tecnológicas). Luego de este movimiento, Durov decidió abandonar el país añadiendo: «Estoy fuera de Rusia y no tengo planes de volver. Desafortunadamente, el país es incompatible por el momento con los negocios en Internet«. En declaraciones a Techcrunch precisó: «Me temo que no hay vuelta atrás, no después de haberme negado públicamente a cooperar con las autoridades«.
Alexander Zharov, director de Roskomnadzor, ha precisado «en estos momentos todas las opciones de comunicación oficial con los responsables de Telegram han desaparecido. Roskomnadzor envía prácticamente todos los días, a todas las direcciones de Telegram que le constan, cartas explicando los requisitos de la normativa rusa sobre los medios de difusión de información… pero no hemos recibido respuesta. […] Le exigimos algo muy sencillo: rellene un formulario con datos de la compañía que gestiona Telegram y envíelo a Roskomnadzor para que sean registrados. El tiempo se está agotando«.