Uno de los puntos importantes para los usuarios de dispositivos móviles es el proceso de carga. La velocidad de carga, la autonomía de la batería, y el cuidado de la temperatura son cruciales. En este sentido, los fabricantes incorporan mejoras y tratan de resolver los problemas que se presentan, no siempre de modo afortunado, como enseña la triste experiencia con el Samsung Galaxy S7.
Pero hay fabricantes trabajando duro en este aspecto, como el caso de Qualcomm, que el año pasado presentó Quick Charge 4, su tecnología de carga rápida para dispositivos móviles. No conformes con ello, acaban de presentar una actualización para la misma, llamada Quick Charge 4+. Esta tecnología mantiene compatibilidad en retrospectiva no solo con Quick Charge 4, sino también con Quick Charge 3 y Quick Charge 2.
Esta nueva versión ofrece mejoras sustanciales sobre su predecesora, en cuanto a rapidez y eficiencia, operando 3° C por debajo.
Los menores tiempos de carga se logran gracias a la adición de un segundo circuito integrado para la administración energética. Esto también ayuda a mejorar la disipación térmica. Y es que se esmeraron en el control de la temperatura: un sistema inteligente de balance térmico reconduce la corriente siguiendo el camino de menor temperatura para evitar los “puntos calientes”. Los protocolos de seguridad incorporados por Quick Charge 4+ sirven para mantenerse al corriente de las temperaturas en la carcasa y en el conector, con el fin de evitar daños por recalentamiento.
A pesar de la novedad, Quick Charge 4+ ya se halla instalado en móviles de reciente fabricación, como el ZTE Nubia Z17, que incorpora también el procesador Snapdragon 835, uno de los indiscutibles líderes en el actual universo de los móviles.
Quick Charge 4+, en resumen, lo tiene todo para convertirse en un estándar para los procesos de carga de dispositivos móviles.