Por primera vez se ha logrado identificar los marcadores moleculares que actúan como la línea frontal en la defensa del cerebro, las células inmunes llamadas microglia. En el proceso, descubrieron más pruebas de que estas células pueden desempeñar funciones en una variedad de enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, Parkinson y Huntington, así como esquizofrenia, autismo y depresión.
La forma en que funciona en el cerebro humano aún no es bien entendida, señalan los autores del estudio, sin embargo, se sabe que la microglía son las células inmunes del cerebro, y con este estudio, se pudo evidenciar, existencia de enlaces entre estas células y varias enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas; además, ofrece un punto de partida para entender mejor la biología básica de estas células.
Los genes que previamente han sido relacionados con enfermedades neurológicas, están activados en niveles más altos en la microglía, en comparación con otras células cerebrales. Si bien el vínculo entre la microglía y una serie de trastornos ya ha sido explorado en el pasado, esta investigación ofrece una base molecular para esta conexión.
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El Dr. Christopher Glass, autor principal del estudio y profesor de Medicina Celular y Molecular y catedrático de Medicina de la Universidad de California en San Diego, señala: «Estos estudios representan el primer esfuerzo sistemático para decodificar la microglía molecularmente. Nuestros resultados proporcionan las bases para la comprensión de los mecanismos subyacentes, que determinan funciones beneficiosas o patológicos de estas células.»
La microglía es un tipo de macrófago, células blancas de la sangre, que se encuentran en todo el cuerpo y que pueden destruir agentes patógenos u otros materiales extraños. Son conocidas por ser muy sensibles a su entorno y responder a los cambios en el cerebro mediante la liberación de señales pro-inflamatorias y anti-inflamatorias. Pero la microglía es notoriamente difícil de estudiar.
Los científicos reunieron células del tejido cerebral de 19 pacientes, todos los cuales estaban teniendo una cirugía cerebral, bien por epilepsia, tumor cerebral o accidente cerebrovascular. A partir de estas muestras, aislaron la microglía de las áreas de tejido que se vieron afectadas por la enfermedad. Del mismo modo, fueron recopilados muestras de tejido cerebral de ratones; a continuación, se propusieron estudiar las células.
El equipo realizó una variedad de pruebas moleculares y bioquímicas para caracterizar qué genes se activan y se desactivan en la microglia, además de estudiar cómo el ADN está marcado por moléculas reguladoras, y cómo estos patrones cambian cuando las estas células son cultivadas.
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Nicole G. Coufal, coautora del estudio, manifiesta: “Una muy alta proporción de genes relacionados con esclerosis múltiple, Parkinson y esquizofrenia, presentaron una expresión mucho más alta en la microglía, que en el resto del cerebro. Eso sugiere que hay algún tipo de vínculo entre la microglia y esas enfermedades.»
Para el Alzheimer, más de la mitad de los genes que se sabe que afectan el riesgo de desarrollar la enfermedad, se expresaron más alto en la microglía que en otras células del cerebro.
Se necesita de más trabajo para comprender exactamente cómo la microglía puede ser alterada en las personas con enfermedades; pero el nuevo perfil molecular ofrece una oportunidad para que los investigadores logren determinar, cómo estos hallazgos pueden traducirse en beneficios para los potenciales pacientes.