El ciberespionaje se ha convertido e tema de sobremesa de los últimos meses, lo cual a levantado diversas acusaciones y polémicas por todas partes. En particular el gobierno ruso aparece en el ojo del huracán en la medida en que se le acusa de estar de alguna manera involucrado en varias actividades de ciberespionaje y ciberterrorismo.
La última polémica envuelve precisamente a la firma de seguridad informática Kaspersky Lab, que recurrentemente es acusada de ciberespionaje a favor del gobierno ruso. Esto ha causado que instituciones gubernamentales en Estados Unidos hayan decidido dejar de usar las soluciones de seguridad de Kaspersky.
Es por eso que Eugene Kaspersky, CEO y fundador de la empresa, ha decidido salir en defensa de su compañía, afirmando que ninguna de estas acusaciones tienen fundamento. El ejecutivo afirma que sería suicida que una empresa de seguridad de sus características se dedique a inyectar vulnerabilidades, en especial en el software que distribuyen a instituciones gubernamentales.
El caso de Stoyanov se ha usado también como argumento en contra de Kaspersky, dado el pasado turbio de este hombre. Se ha dicho que la empresa mantiene en nómina a empleados corruptos, dispuestos a llevar a cabo acciones ilícitas.
Pero Kaspersky está decidido a mantener su reputación limpia, y afirma que está dispuesto a entregar los archivos que contienen el código fuente del software producido en la empresa, con el fin de que sea evaluado, y así librarse de toda sospecha.
En cuanto a los empleados, Kaspersky tacha las acusaciones de mentiras. Afirma que aunque es posible que alguna vez haya tenido personal deshonesto, los actuales controles hacen que cualquier actividad irregular sea imposible.
