El virus MERS (Síndrome Respiratorio del Oriente Medio) ha causado gran preocupación en todo el mundo debido a su rápida aparición, alta tasa de letalidad que tiene en los seres humanos y por el alto potencial para realizar recombinación genética. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el MERS como una amenaza urgente y advierte que no existe ninguna vacuna o tratamiento a la vista. Sin embargo, esto podría cambiar gracias a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Toronto, en donde han logrado desarrollar una nueva herramienta antiviral, que podría ser utilizada para combatir el peligroso virus.
Los virus emergentes representan un enorme desafío para la salud humana. Mientras que los enfoques basados en la vacunación son deseables y altamente recomendables en términos de prevención de infecciones en el largo plazo, se necesitan estrategias antivirales alternativas, especialmente cuando se evalúan opciones de tratamiento para los pacientes infectados durante brotes agudos.
Aplicando tecnología de ingeniería de proteínas, el equipo liderado por el profesor Sachdev Sidhu, del Centro Donnelly de Investigación Celular y Biomolecular y el Departamento de Genética Molecular de la UT, logró transformar la ubiquitina, un elemento básico de proteínas en cada célula, en un fármaco capaz de frustrar el virus MERS.
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Debido a que la tecnología puede ser aplicada a una amplia gama de patógenos, podría convertirse en una herramienta antiviral con implicaciones para la salud humana y la industria agrícola.
El Dr. Wei Zhang, coautor del estudio señala: “Las vacunas son importantes para la prevención, pero existe una gran necesidad de medicamentos antivirales para tratar a las personas que ya se han infectado.”
Al igual que otros virus, el MERS emergió de animales como los murciélagos y los camellos, al mutar en una forma capaz de infectar a los humanos. Aunque se han registrado casos de este virus en 27 países, el brote ha sido contenido en gran medida dentro de Arabia Saudita, según la OMS.
MERS funciona mediante el secuestro del sistema ubiquitina en las células humanas, compuesto de cientos de proteínas que dependen de éste para mantener las células vivas y en buen estado. Tras la infección, las enzimas virales alteran las vías de ubiquitina de una manera, que permite que el virus logre evadir las defensas del cuerpo, mientras se multiplica y destruye el tejido huésped.
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Zhang y sus colegas han desarrollado una nueva forma de manipulación proteica que paraliza una enzima clave del virus MERS, deteniendo su replicación. Estas variantes de ubiquitina sintéticas actúan rápidamente, y en pruebas de laboratorio, elimina completamente el MERS en un plazo de 24 horas.
Pero antes de que estos hallazgos puedan ser implementados en la medicina, los investigadores primero deben encontrar una manera para administrarlas correctamente en el cuerpo. Para esto, están trabajando con el Dr. Roman Melnyk, un bioquímico experto en el suministro de proteínas.