Es un hecho, dejar información personal para acceder a cualquier servicio, aplicación o portal web, ya no es un acto tan inocuo y rutinario como solía parecer. Amnistía Internacional revela la existencia de empresas que se dedican a la recolección y venta de datos personales de diversa índole, en diversas personas alrededor del mundo. Nombres, direcciones, teléfonos son la clase de información que ponen a la venta estos mineros de datos.
Pero no sólo eso: a partir de elementos aparentemente dispersos, como las reacciones de alguien en redes sociales, se pueden inferir filiaciones políticas, preferencias y gustos en la moda, música y hasta hábitos sexuales. Estos datos se pueden cosechar, organizar en paquetes, y vender, porque para ellos hay un vasto mercado.
Amnistía Internacional encontró, por ejemplo, que una empresa llamada ExactData acumuló información de 1 millón 800 mil musulmanes, ofreciéndola a la venta por un total de 138 mil 380 dólares. Al efectuar la cuenta, se observa que la información de una de estas personas se cotiza en 0,0768 dólares: menos de ocho centavos por persona. Y eso no es nada; se jactan de poseer una base de datos que alcanza a 200 millones de personas, clasificadas por diversos criterios.
ExactData no es la única empresa dedicada a esta minería. Esto ha encendido algunas alarmas en organismos preocupados por que todos estos datos se usen para vulnerar la privacidad de las personas, en el probable caso de que caiga en manos inadecuadas.
Una asesora en Tecnología y Derechos Humanos de AI, Tanya O’Carrol, se muestra preocupada por la falta de transparencia de esta situación. Menciona que la recolección de datos personales con fines de venta es un negocio en franco ascenso, y que sólo en Europa existen unas 50 empresas dedicadas a la actividad “Saben mucho de ti, pero tú no sabes quienes son”.
Contribuye a esto el hecho de que muchas de las transacciones por internet que incluyen el ingreso de datos personales, se realizan bajo el esquema de condiciones de servicio extremadamente largas y engorrosas, que muy pocas personas se toman el trabajo de leer, aunque deban hacerlo. Es por eso que la Unión Europea prepara para 2018 un nuevo reglamento que exigirá transparencia en cuanto a los datos que las personas ingresan en las diferentes actividades que realizan en línea.