Ya es conocido en redes sociales el tristemente célebre ‘Reto de la Ballena Azul’, en el cual se les propone a los participantes un reto diario durante 50 días. Lo macabro del asunto es que los retos son cada vez más absurdos y peligrosos, y en varias ocasiones han culminado con la muerte de quien participa en el reto. Ahora la siniestra moda se ha extendido a América Latina.
Los retos son dirigidos dentro de grupos en redes sociales, como Facebook y WhatsApp, y quien los dirige propone a diario a los participantes diversas tareas. La mayoría de estas tienen que ver con alguna forma de autoagresión, como hacerse cortes de profundidad variable en piernas y brazos, colocarse en sitios peligrosos, como el borde de la azotea de un edificio alto o al borde de vías férreas. El objetivo del “juego” parece ser minar la psique de la persona, hasta el momento del reto final, que consiste sencilla y terriblemente, en suicidarse.
El juego se ceba especialmente en la población adolescente, más vulnerable a esta actividad, porque quien intenta retirarse del juego recibe amenazas de diverso calibre, y no todos resisten la presión que conlleva. En Brasil y en Colombia, se han reportado muertes y agresiones vinculadas al reto.
El creador de la siniestra moda, Phillipp Budeikin, ya ha sido arrestado en Rusia, donde se originó el reto. Pero se ha extendido a otros países del mundo. Incluso la organización ciberactivista Anonymous se ha involucrado para ayudar a desenmascarar y localizar a quienes moderan los grupos.
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Pero el ‘Reto de la Ballena Azul‘ se ha propagado a otros países, de manera que toca a los padres deben estar al tanto de la actividad en línea de los jóvenes en edad vulnerable, y tomar acción inmediata si perciben cualquier cambio de conducta que pudiera sugerir la participación de un joven en esta actividad.