Un horrible episodio ocurrido en Tailandia pone en evidencia el lado oscuro que puede tener el Internet, y que a veces se manifiesta de manera cruel y evidente. Un hombre asesinó a su hija, que era bebé menor de un año, y transmitió el hecho en vivo a través de la red social Facebook.
El hombre, no identificado, dispuso lo necesario para una transmisión de vídeo en vivo a través de Facebook, en la cual se apreciaba cómo colocaba una cuerda alrededor del cuello de su hija de once meses, para luego proceder a arrojarla fuera del edificio donde se encontraba. Del hecho quedaron registrados en Facebook, dos vídeos, que llegaron a acumular en conjunto unas 370 mil visitas. Las horribles grabaciones permanecieron colgadas en la red social por al menos 24 horas, hasta que fueron removidas a petición del Ministerio de Economía Digital.
Posteriormente a la comisión del crimen, según versiones de la policía, el hombre se suicidó, pero este evento no se registró en vídeo.
No hay mucha información acerca de las motivaciones que pudo tener el hombre, no sólo para matar a su hija, sino para proceder a transmitir en vivo el crimen. No es la primera vez que actos de violencia de este tenor tienen lugar como transmisiones en directo de la red social: asesinatos, violaciones y suicidios se han cometido y transmitido en directo para la audiencia disponible,
Ciertamente, si bien no es atribuible a la propia existencia de Facebook o de Youtube el comportamiento de estas personas, son casos que ameritan estudios que permitan aprender sobre qué puede causar este comportamiento. Quizá se pueda desarrollar algún tipo de ayuda temprana para actuar en estos lamentables casos.