Todos comenzamos siendo una diminuta bola de células. La manera en que el organismo desarrolla un cigoto con el corazón y el páncreas del lado izquierdo, la vesícula biliar y otros órganos en el lado derecho, es un tema que ha fascinado a los investigadores durante décadas. El cerebro de los seres humanos y otros animales están organizados de forma asimétrica, pero aún se sabe muy poco acerca de los fundamentos ontogenéticos y neurales de esta lateralización.
En un estudio realizado por científicos del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad Bochum, en Alemania, se analizan los modelos más básicos de la organización asimétrica del cerebro.
La particularidad asimétrica cerebral está presente en muchos vertebrados e invertebrados; es de hecho, una invención de la naturaleza que se desarrolló debido a que muchos animales tienen las mismas necesidades que los seres humanos.
Estudios previos han demostrado que las aves, como las gallinas, utilizan un ojo para distinguir los granos de guijarros en el suelo, mientras que al mismo tiempo utiliza el otro ojo para vigilar a los depredadores. Investigaciones en palomas han demostrado que esta especialización es una función de las influencias ambientales.
Cuando un polluelo de paloma se desarrolla en la cáscara, su ojo derecho se dirige hacia el exterior, dejando su ojo izquierdo hacia el interior. De este modo, cuando el ojo derecho se expone a la luz que entra a través de la cáscara, se desencadenan una serie de cambios neuronales que permiten que los dos ojos puedan, en última instancia, realizar independientemente, funciones diferentes.
Onur Güntürkün, autor principal del estudio, señala que la lateralización del cerebro tiene el propósito de ofrecer especialización perceptiva y motora; este último aspecto es el que nos hace ser diestros o zurdos.
En este estudio los investigadores profundizan en los aspectos genéticos del desarrollo asimétrico, utilizando un modelo de lateralización en el pez cebra. A través del estudio de las vías de desarrollo, incluyendo la vía de señalización nodal, los científicos están descubriendo detalles sobre cómo en las primeras etapas del desarrollo de un embrión, los cilios actúan para mezclar productos génicos a un lado del cerebro o del otro. Mediante la manipulación de los genes, pueden estudiar los efectos de estos cambios en el desarrollo de conductas de pez cebra.
Güntürkün expresa:
Esta investigación puede dar una idea de los efectos de la asimetría en los seres humanos. La mayoría de los trastornos cerebrales están vinculados a las asimetrías; si logramos entender la ontogenia de la lateralización, daríamos un gran salto para ver el cableado del cerebro en el proceso de desarrollo y determinar qué puede originar estos casos patológicos.