La meditación es una forma cada vez más popular de entrenamiento mental, el cual abarca una variedad de prácticas que tienen como objetivo, mejorar las capacidades psicológicas, como la autorregulación atencional y emocional. El adiestramiento de la mente, basado en la atención plena, ha sido reconocido como un tratamiento viable para prevenir la depresión recurrente, la adicción, la ansiedad, el estrés e incluso la esquizofrenia.
Aunque no hay dudas acerca de que la práctica de meditar puede ser beneficiosa, nadie ha comprobado si estos favores son análogos tanto en hombres como mujeres. En una Investigación realizada en la Universidad de Brown, los científicos analizaron si los beneficios que otorga la meditación son igualitarios, encontrando una brecha de género que resultó inesperada.
El estudio llevado a cabo por un grupo de científicos dirigidos por el Dr. Willoughby Britton, profesor de Psiquiatría y Conducta Humana de la UB, encontró que mientras que las mujeres que practican la meditación consciente, han podido superar significativamente estados de ánimo depresivos, los hombres en su lugar, se sintieron peor de lo que se sentían antes de que comenzaran con la práctica meditadora.
En las últimas décadas se han producido una gran cantidad de investigaciones, que sugieren que los hombres y las mujeres muestran diferentes trayectorias de sintomatología psicológica. Esta divergencia de géneros comienza a aparecer en la adolescencia temprana, durante la cual, la incidencia de los trastornos psicológicos aumenta para ambos grupos.
De este modo, las adolescentes de 13-14 años, tienen el doble de posibilidades de sufrir depresión y ansiedad. En contraste, los varones son más propensos a tener trastornos conductuales y sucumbir al uso de sustancias. Este patrón persiste durante la edad adulta y ha demostrado ser un fenómeno relativamente transcultural.
El estudio observó a 77 estudiantes: 41 hombres y 36 mujeres, en el transcurso de una clase de meditación de 12 semanas. Durante ese tiempo, los estudiantes promedio habían participado en más de 41 horas de meditación.
En la investigación se puedo evidenciar que el estado de ánimo negativo de las mujeres disminuyó en un promedio de 11,6 puntos porcentuales; sin embargo, en los hombres, el estado de ánimo promedio presentó un ligero retroceso.
Los investigadores creen que lo que podría estar provocando esta inesperada disparidad, es la manera tradicional con la que los hombres y las mujeres se relacionan con el estrés emocional.
El Dr. Britton señala:
Afrontar las dificultades emocionales y sentimentales puede ser universalmente beneficioso, pero hay que tomar en cuenta que pueden existir diferencias culturales y expectativas racionales disímiles entre hombres y mujeres.