El infarto agudo de miocardio (IAM) es una de las manifestaciones más prevalentes de la enfermedad cardiovascular y es el principal contribuyente a la mortalidad y morbilidad en todo el mundo. A consecuencia de estos eventos, muchos de los sobrevivientes de ataques cardíacos presentan un deterioro grave de la función del corazón, lo que limita su salud a largo plazo. Científicos en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) han descubierto un nuevo mecanismo de acción de un medicamento que puede reducir el daño producido durante un ataque al corazón.
El equipo dirigido por el Dr. Borja Ibáñez, Director de Investigación Clínica en el CNIC y cardiólogo en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en España, ha identificado el mecanismo que explica por qué esta droga resulta tan beneficiosa; la administración rápida de Metoprolol durante un ataque al corazón, inhibe directamente la acción inflamatoria de un tipo de célula sanguínea, los neutrófilos.
La disminución de la inflamación, implica que un área menor del tejido se verá afectada en el corazón post-infartado. El hallazgo, abre el camino a nuevas aplicaciones para este fármaco que es barato, seguro y sencillo de producir.
Los neutrófilos son glóbulos blancos que buscan y combaten las infecciones. En las enfermedades no infecciosas, presentan una respuesta excesiva, y después de un infarto de miocardio estas células atacan el corazón, lo que contribuye a la aparición de lesiones a largo plazo y a la función deteriorada.
En un infarto, lo más importante es restablecer el flujo de sangre tan pronto como sea posible; pero por desgracia, la sangre entrante pone en marcha un proceso inflamatorio, iniciado por los neutrófilos, que causa daño adicional y permanente al corazón.
Este daño adicional debido a la restauración del flujo sanguíneo se conoce como lesión de reperfusión, y ha sido considerado como un mal necesario porque es esencial para desbloquear la arteria coronaria lo más rápidamente posible.
El fármaco Metoprolol es un beta-bloqueador que ha estado en uso clínico durante más de 30 años y por su bajo costo, es de poco interés comercial. Este estudio muestra que la administración de Metoprolol, justo después de que ocurra un infarto, reduce el tamaño de la lesión cardíaca y mejora la salud a largo plazo.
Uno de los autores del estudio, el Dr. Valentín Fuster, director general del CNIC y Médico en Jefe en el Hospital Mount Sinai de Nueva York, comenta:
La tecnología de imagen en el CNIC ha permitido determinar rápidamente el estado de un paciente cardíaco después de un ataque al corazón; esto nos ha permitido descubrir un nuevo mecanismo de acción de este fármaco que hemos tenido disponible durante décadas.
Excelente información
Así es.