El servicio internacional de transporte de pasajeros Uber enfrenta la posibilidad de que una corte de California le obligue a pagar multas que ascienden a más de un millón de dólares en total. La situación ha sido provocada por las repetidas quejas de clientes, reportando a conductores por estar ebrios, y sobre los que la empresa de transporte no ha tomado acción.
Un registro de quejas que abarca el período desde agosto de 2014 hasta agosto de 2015, un año completo, recoge en nueve páginas las quejas por conductores ebrios que han sido presentadas contra Uber.
La empresa de San Francisco, no obstante, no ha sido diligente al suspender e investigar a los conductores involucrados. Esta conducta viola las disposiciones de “tolerancia cero” que el estado adoptó desde 2013 para esta clase de faltas. La Oficina de Protección al Consumidor de la Comisión de Utilidad Pública de California encontró que Uber no actuó en 151 de 154 casos de quejas por conductores ebrios, y sólo en 21 casos llevó alguna clase de seguimiento. Debido a esto, los reguladores estatales recomendaron multas cuyo total asciende a 1 millón 130 mil dólares.
De todas maneras el procedimiento regular ahora requiere que el caso sea remitido a un juez administrativo, que examinará el caso y recomendará a la Comisión sobre lo que se debe hacer.
En el entretanto, Uber aprovecha para señalar que el caso tiene entre dos y tres años de antigüedad, y que sus procedimientos han mejorado desde entonces.
La vocera Eva Behrend indicó que Uber practica una estricta política de suspensión permanente para los conductores que sean sorprendidos durante el trabajo bajo los efectos de drogas o alcohol, así como desactivación de aquellos conductores de los que se reciban quejas sin confirmar por la misma razón.
Uber enfrenta tiempos tormentosos, y este tipo de quejas se suman a otras que se han formulado contra conductores del servicio por acoso sexual.