Mastodon

Con Facebook haciendo metamorfosis a una copia de Snapchat y Twitter con serios problemas pese al regreso de Jack Dorsey, uno se pregunta si ¿es necesario una nueva red social? A mi mente viene una respuesta impulsiva que dice que no, pero es que este impulso no ha valorado las opciones que una nueva propuesta pone en la mesa. Es preciso lo que pasa con Mastodon.

Para quienes no le conocen, se trata de un proyecto de código abierto creado por Eugen Rochko cuyo objetivo muy claro: ofrecer una alternativa a Twitter, pero cuidando de evitar las carencias de este.

Visualmente, la interfaz de Mastodon es similar —por no decir igual— a la que ofrece TweetDeck de Twitter. Cuatro columnas personalizables con el contenido que transita en la red social, el que publicamos y el que vamos a seguir.

Los perfiles y los mensajes publicados o «toots» son iguales a un tweet pero con un giro, estos tienen el límite de 500 caracteres. Podemos contestar, marcar como favorito y re-publicar los toots tal como en Twitter. Además, los toots pueden marcarse como privados de forma individual, y así, podrán ser vistos únicamente por un listado de personas que hayamos elegido.

En cuanto al contenido que los toots soportan, de momento sólo imágenes, GIF, texto y emojis. Podemos agregar una «advertencia de contenido» algo para esconder una parte del mensaje y mostrarlo solo cuando el usuario decide verlo.

Hasta aquí, nada distinto a lo que ya ofrece Twitter. Sin embargo el cambio radical que ofrece Mastodon no son sus varias opciones de privacidad y el límite de 500 caracteres, sino el hecho de que es una red completamente descentralizada. Cada desarrollador puede coger el código de Mastodon y montar su propia comunidad. Esta idea sería genial si las comunidades se pudieran comunicar entre sí, pero no lo hacen.

Al crear un usuario en una de las comunidades de Mastodon, el perfil se queda en esa red social. No puedes usar tus credenciales en las otras comunidades y esto sin dudas es un completo desacierto. El concepto de una red social descentralizada, donde varios usuarios ‘crean copias’ y soportan una única comunidad tendría mucho sentido. Pero aquí lo que vemos son pequeñas islas que comparten la misma infraestructura, pero compiten entre sí.

A pesar de todo, Mastodon cuenta ya con 41,000 usuarios. Sus retos son afianzar las comunidades y mejorar algunos detalles en la plataforma. Al final de cuentas, Mastodon viene siendo el Twitter para los que buscan un nicho en específico, el problema es que de momento hay una gran posibilidad de que tengas la sensación de gritar desde lo alto de una montaña, pero sin que nadie te escuche.

Aquí pueden encontrar las ‘diferentes comunidades’.

Francisco Espinoza

Escribo sobre ciencia, tecnología, fotografía y todo lo que me apasiona.

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