El desarrollo de sensores táctiles flexibles, estirables y transparentes, han sido un objetivo tecnológico emergente en campos como la indumentaria electrónica y los dispositivos de mano flexibles. Aunque los sensores táctiles transparentes basados en malla metálica, desarrollados hasta ahora, han demostrado que funcionan en condiciones de deformación, no son del todo eficientes. Investigadores de la Universidad Británica de Columbia en Vancouver, Canadá, presentan una prometedora tecnología, que además de ampliar los modos de funcionamiento en condiciones de flexión y estiramiento, tiene bajo costo de producción.
Una tableta que pueda doblarse lo suficiente para ser guardada en bolsillo, una piel artificial que pueda detectar los movimientos y los signos vitales del cuerpo, son dispositivos que hasta hace poco eran impensables de fabricar, pero con la innovadora tecnología desarrollada por el equipo de científicos, encabezados por Mirza Saquib Sarwar, del Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de la UBC, pueden ser una realidad.
El sensor utiliza un gel de alta conductividad entre dos capas de silicona, y es capaz de detectar diferentes tipos de contacto, como los movimientos de deslizar y roscado, además de ser sensible a la proximidad y a la presión, incluso cuando es estirado, doblado o enrollado. Las pruebas mostraron que el touchpad también detecta múltiples toques al mismo tiempo, algo esencial para hacer zoom en cualquier dispositivo.
Esta característica hace que sea adecuado para la fabricación de dispositivos plegables en el futuro. El prototipo mide 5 cm x 5 cm, pero podría ser fácilmente ampliado, ya que utiliza materiales de bajo costo, con alta disponibilidad.
Sarwar expresa: «Es perfectamente posible hacer una versión de este sensor del tamaño de una habitación, por sólo unos cuantos dólares por metro cuadrado, luego colocar sensores en la pared, en el suelo o sobre la superficie del cuerpo; son muchas las posibilidades de uso. Este hallazgo podría ser aplicable a casi cualquier cosa que requiera una pantalla táctil estirable; por ser barato de fabricar, podría estar integrada de manera rentable en cualquier dispositivo que se aplique.”
Los anteriores intentos de inventar pantallas táctiles flexibles han fracasado, porque el material estaba enfocado en distinguir entre el tacto y el estiramiento para operar bien mientras era deformado. Sin embargo, el nuevo material presentó una completa funcionalidad cuando fue sometido a deformaciones como plegado y estiramiento; incluso fue eficiente después de un derrame de café.
El profesor John Madden, miembro del equipo que desarrolló la tecnología, señala: «Esta tecnología es producto del esfuerzo más amplio jamás realizado, para la creación de dispositivos portátiles innovadores y pieles robóticas; esto abre un nuevo horizonte de posibilidades para la interacción persona-computador. Sin duda que gracias a este material, vamos a poder disponer de una nueva generación de dispositivos.»