Desierto Del Sahara

En estudios realizados previamente quedó demostrado que hace unos 8.000 años, el vasto territorio que hoy se conoce como el desierto del Sahara, estaba cubierto por un exuberante paisaje verde y era una zona tropical que recibía lluvias periódicamente; para entonces se argumentó que la abrupta transformación climática se debió a variaciones en la órbita terrestre; sin embargo, una reciente investigación propone que la acción humana jugó un papel fundamental en la vertiginosa alteración climática de la región.

Existe una gran incertidumbre sobre el momento y la magnitud de la terminación del período húmedo africano; hasta ahora, los seres humanos han sido vistos como agentes pasivos en la terminación de este periodo. Pero el estudio realizado por el arqueólogo David Wright, de la Universidad Nacional de Seúl, desafía las conclusiones de la mayoría de los estudios realizados hasta la fecha, que apuntan a variaciones en la órbita de la Tierra o a la evolución natural de la vegetación, como principales desencadenantes del fenómeno climático, y propone que la acción humana pudo haber desempeñado un papel activo en el proceso de desertificación.

El Dr. Wright señala: «En Asia oriental se han establecido y aceptado teorías que argumentan cómo las poblaciones neolíticas cambiaron el panorama tan profundamente, que las lluvias dejaron de penetrar tierra adentro. Del mismo modo, ha sido documentada evidencia de los cambios ecológicos y climáticos inducidos por el hombre en Europa, América del Norte y Nueva Zelanda, por lo que escenarios similares pueden aplicarse al Sahara.”

Para probar su hipótesis, Wright revisó la evidencia arqueológica de las primeras apariciones de pastoreo en toda la región subsahariana y las comparó con los registros que muestran la propagación de la vegetación de matorral, un indicador de un cambio ecológico hacia condiciones desérticas.

Los resultados confirmaron sus pensamientos; hace unos 8.000 años, en las regiones que rodean el río Nilo, las comunidades de pastores comenzaron a aparecer y se fueron extendiendo hacia el oeste, al mismo tiempo que el aumento de la vegetación de matorrales.

La creciente adicción a la agricultura tuvo un efecto determinante sobre la ecología de la región. A medida que más vegetación se eliminaba, por la introducción de ganado, aumentó la cantidad de luz solar que se refleja en la superficie terrestre, que a su vez influyó lo suficiente en las condiciones atmosféricas, al punto de llevar a reducir las lluvias del monzón en la región.

El debilitamiento de las lluvias de monzón incrementó aún más la desertificación y la pérdida de la vegetación, entrando en un círculo vicioso, que con el paso del tiempo se fue extendiendo sobre la totalidad de territorio que hoy conforma el Sahara.

El arqueólogo advierte que queda trabajo por hacer para llenar los vacíos de la investigación y señala que hay mucha información oculta bajo la árida superficie del Sahara. A pesar de que los eventos tuvieron lugar hace varios miles de años atrás, las huellas de la responsabilidad humana en la degradación ambiental y climática son fáciles de evidenciar.

Mary Quintero

Bióloga. Apasionada por la escritura. Asesora y orientadora de medios digitales. Escribo sobre mi pasión: las ciencias.

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