Para todos los fabricantes e involucrados en el desarrollo de tecnologías de conducción autónomo, operar en California es clave. Se trata de uno de los estados con el mercado más grande de vehículos –por algo Uber decidió lanzar en San Francisco su servicio de taxis autónomos, aunque luego se tuvo que retirar. Pero ahora, las cosas pueden estar cambiando, y las autoridades están considerando aprobar regulaciones mucho más flexibles que permitiría la circulación de coches autónomos y sin supervisión.
Hasta ahora, Google, Tesla y cualquiera que decida hacer pruebas con coches autónomos en el estado de California, debe solicitar un permiso que además exige que un conductor con licencia vaya frente al volante –algo que anula por completo la propuesta de la conducción autónoma. Las nuevas propuestas de regulaciones, eliminaría la exigencia de un conductor al volante y además, el requerir de un volante mismo o pedal, si el diseño del automóvil no lo requiere. Esto daría paso a que diseños simplificados como algunos modelos propuestos por Google (sin volante y sin pedal) tenga la oportunidad de llegar a las calles rápidamente.
Por supuesto, esto no es un pase libre para que cualquiera que decida armar y poner a rodar un coche autónomo. El Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) en California ha dejado claro que los automóviles deberán cumplir antes las exigencias de la Administración Nacional del Tráfico en Carreteras (NHTSA). Los automóviles deberán estar programados además, para seguir estrictamente las leyes de tráfico para cada estado. Y no hay que dejar de mencionar que las propuestas de ley, deben ser aprobadas mediante un referéndum por la población antes de ser puestas en práctica.
Luego del proceso de consulta, que comenzaría a partir de este Lunes y terminaría el próximo 24 de Abril, se emitirían las nuevas regulaciones a final del 2017.
Es sin duda un hecho histórico e importante para los fabricantes de automóviles. BMW, Tesla, Alphabet (Google), Baidu y otras 23 compañías ya tienen permisos para realizar sus pruebas de coches autónomos en la vía pública, pero las nuevas regulaciones cambiarían el juego y facilitarían los avances. Nos acercarían al futuro en el que los automóviles no necesitan de un conductor al volante, aunque claramente no quedamos fuera de la ecuación –siempre será necesario el factor humano que dicte las órdenes.