Desde hace unos meses el debate del racismo hacia los usuarios de Airbnb está en la mesa. Al principio se tomó como un estigma, pese a las fuertes afirmaciones de muchos usuarios que aseguraban incluso haber sido rechazados por su color. No obstante, desde el día de ayer Airbnb ha decidido por fin tomar cartas sobre el asunto instaurando nuevas políticas en contra del racismo a quienes quieran servir como anfitriones.
Es la respuesta a las miles de quejas que se han recogido en las redes sociales en las que usuarios recibían rechazo de alojamiento por cuestiones como el color de piel y hasta el nombre. Es así, que un estudio de Harvard reveló incluso que las personas cuyos nombres sugieren que son de raza negra tienen un 16% menos de posibilidades de ser aceptados por los usuarios -algo que me parece inaudito.
Este verano, Airbnb contrató los servicios de Laura W. Murphy, directora de la American Civil Liberties Union, para ayudar a la compañía a convertirse en un lugar más inclusivo. Su reporte, es el que ha dado origen a las reformas que presenta Airbnb hoy en día.
Así que, ¿en qué consisten las nuevas normas y cómo cambiarán la experiencia de los usuarios?
Lo primero es que los huéspedes ahora podrán reservar habitaciones de forma inmediata y sin aprobación del anfitrión. Así que por mucho, es difícil que los anfitriones se nieguen.
Los anfitriones ya no podrán favorecer a un huésped específico, ya que si un anfitrión dice que tiene en renta habitaciones o apartamentos en una fecha específica, esto no se podrá modificar para cederla a un usuario manualmente.
Se implementará una política de Open Doors, es decir que si un huésped reporta algún incidente relacionado a cualquier tipo de discriminación, Airbnb se compromete a buscar un sitio similar para el cliente. Aunque no especifican qué pasaría si el precio es más elevado.
Con respecto a las fotos, muchos usuarios solicitaban que sean removidas, pero esto no es posible ha dicho Airbnb por cuestiones de seguridad.
Lo último, es que Airbnb se hará un seguimiento continuo de los reportes, y quienes no se ajusten a estas nuevas políticas serán expulsados de la plataforma. La compañía ya ha pedido a todos sus anfitriones firmar un acuerdo anti discriminación donde todas las cláusulas han sido explicadas en detalle, así que no pueden pecar por inocentes.
Pienso que es prematuro juzgar si estas políticas tendrán o no efecto y solucionarán el problema que ha venido enfrentando Airbnb, pero al menos es un primer paso hacia un camino en el que el servicio se oferte como en su eslogan: un mundo en el que cualquiera pertenece puede pertenecer a cualquier sitio.